Dimension etica de la educacion cubana en la


RETOS A LA PROFESIONALIFDAD PEDAGOGICA



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RETOS A LA PROFESIONALIFDAD PEDAGOGICA





  • Conciencia de los deberes pedagógicos que implica el compromiso social de la educación de las nuevas generaciones en las condiciones de la época, a partir del protagonismo como estilo de trabajo pedagógico y como modos de actuación de los estudiantes, lo que presupone una educación en y para la democracia del socialismo cubano, concibiendo como parte del proceso formativo los escenarios de las batallas de ideas que libra nuestro pueblo.

  • Concepción pedagógica más integradora, teniendo en cuenta el enfoque axiológico, para el tratamiento adecuado de la instrucción y de la educación, atendiendo a los componentes cognitivo, afectivo – volitivo, ideológico y actitudinal, así como la relación de la ciencia, con los valores y la ideología como parte de una cultura humanista, en la enseñanza aprendizaje (intencionalidad ideológica).

  • Enfoques pedagógicos integradores, multidisciplinar e interdisciplinar de la enseñanza y aprendizaje de la ciencia, que repercuten en nuevos modos de concebir, relacionarse y de actuación en el trabajo pedagógico.

  • La utilización adecuada de los medios y recursos tecnológicos necesarios de que se disponen en el país para la labor educativa y renovar los métodos tradicionales de la enseñanza y aprendizaje y modalidades de la educación.

  • Desarrollo de una Etica de la cooperación profesional, que supere la enfermedad intelectual de los celos profesionales y que permita la superación de las barreras subjetivistas que impiden, una comunicación franca e intercambio de ideas y experiencias profesionales con fluidez, receptividad y respeto, el aporte de los diferentes enfoques a la solución de problemas comunes, sin subvalorar las posibilidades del otro y la amplitud y flexibilidad de pensamiento, entre otros.

Hoy la Etica como rama del saber teórico - práctico, tiene que afrontar múltiples dilemas ante las contradicciones de:




  1. El desarrollo de las tecnologías de punta como los sistemas de la informática y la comunicación global computarizada, la biotecnología e ingenieria genética, entre otros, que imponen nuevos desafíos a los códigos tradicionales de Etica de las profesiones, tales como la existencia de nuevos conflictos morales que redimensionan el conflicto entre el bien y el mal expresado en el conflicto entre vida o muerte de los seres vivos, dentro de ellos el ser humano, lo cual ha abierto el camino para el desarrollo de una nueva rama del saber ético como es la Bioética, todo lo que reclama la necesidad de elevar el nivel de la Prpfesionalidad en la que se integran las competencias y la responsabilidad profesional con un sentido humanista y medioambientalista en función del desarrollo sostenible.

  2. El aumento de la degradación moral y espiritual de los individuos, en sociedades con sistemas hegemónicos de dominación excluyente, tanto en países del primer Mundo como del tercero, donde imperan la marginalidad de grupos humanos, la discriminación social, la corrupción, incluso en las instituciones públicas y políticas, aumento de la prostitución y la drogadicción, así como de la explotación del trabajo, el abuso sexual y el comercio de órganos de niños, como efectos de la crisis de valores cuya causa esencial es la existencia de un desarrollo desigual sobre la base de sistemas socioeconómicos y políticos de explotación. Todo lo que conlleva a que se potencie cada vez más el papel de la educación como un factor que a escala de la sociedad puede compensar la formación moral y de valores.

Ante esta situación reinante, es imprescindible el rescate humano de una Etica social, que oriente la tendencia progresista de la búsqueda de las vías que propicien un desarrollo sostenible, de racionalidad, equidad y entendimientos humanos en el planeta.


En las condiciones internas de la realidad cubana, los bruscos cambios que caracterizaron la década del 90, se han traducido en una aguda crisis económica, que provocó un impacto desfavorable en las condiciones de la vida social y en la esfera espiritual e ideológica de los individuos.
A ello se suma el arreciamiento de las condiciones de bloqueo a que el gobierno norteamericano ha sometido a Cuba desde los primeros años del triunfo revolucionario, como máxima agudización del diferendo histórico USA - Cuba (desde el pasado S.XIX, hasta el presente), por medio de leyes como la Torricelli y la Helms - Burtom, acompañado de todo tipo de agresiones y provocaciones, con el fin de minar la ideología política del socialismo y desmoralizar a la Revolución, para su liquidación y restauración del capitalismo
En medio de las condiciones de resistencia, de sobrevivencia y de aplicación de una estrategia alternativa económica, que posibilitara al país salir gradualmente de la crisis, así como de propiciar un desarrollo y la búsqueda de las vías alternativas de reinserción de Cuba en el mercado internacional, se ha librado día a día una lucha ideológica de carácter político y con un fuerte contenido ético - humanista, para el fortalecimiento de la firmeza del pueblo, de su unidad, en torno a los máximos dirigentes de la Revolución, en aras de vencer y de no doblegarnos ante la voluntad imperialista y de sus aliados de barrer a la Revolución cubana.
Hoy en esta batalla de ideas que libra nuestro pueblo, a la altura del S.XXI, sobre la base da una cultura general e integral, en la lucha por la plena justicia social de posibilidades de oportunidades para todos en nuestro sistema socialista, hay un fundamento axiológico de carácter histórico, que aportan los valores fundacionales de la nación, fraguados al calor del proceso de identidad nacional y de su autoafirmación a lo largo de la historia patria, dentro de estos valores se destacan los valores fundacionales de:

  • sentido de la Patria y el patriotismo.

  • Independencia y soberanía nacional.

  • Justicia social y unidad nacional.



A lo largo del proceso histórico de Cuba, en sus etapas de la colonia, de la República neocolonial y de la Revolución socialista en el poder, se ha destacado una tendencia revolucionaria, sustentada por las fuerzas sociales más progresistas, cuyos intereses de clases han estado comprometidos con los valores políticos antes señalados, con un contenido moral, expresado en un sistema de valores morales que ha caracterizado la continuidad así como la ruptura del Progreso Moral que se presenta como una regularidad de la moralidad histórica de la sociedad cubana.
Esta moralidad histórica debe entenderse como pensamiento ético y como actitudes y conductas, que promueven la acción transformadora de las condiciones objetivas adversas para el logro de los objetivos patrióticos e independentistas de la nación cubana, así como por la lucha de las causas justas en el mundo. Dentro de estos valores morales se alzan como brújulas orientadoras del Progreso Moral cubano, la trilogía que abarca a la dignidad humana, la intransigencia e intolerancia ante la dominación extranjera y la solidaridad.

Estos elementos históricos indican que la solución de la situación de la realidad cubana en las condiciones de período especial, pasa inevitablemente por la reanimación y desarrollo de la economía, rescatando sobre todo el valor del trabajo con un respaldo productivo, calidad y eficiencia económica de la empresa socialista.


Unido a ello es decisivo el fortalecimiento de la conciencia y de los valores éticos - humanistas consustanciales a la ideología socialista, del proceso revolucionario cubano, lo que para la educación cubana se plantea en la relación Ciencia – conciencia, presente desde el S. XIX en el pensamiento cubano de avanzada.
Esta misión es de toda la sociedad, pero en primer lugar de la Educación como proceso y como institución social, unido a la familia y a los factores del barrio o de la comunidad, donde los niños y jóvenes se desenvuelven.

El papel esencial de la moral profesional está, en indicar y orientar, bajo el prisma del sentido crítico de la realidad y autocrítico del individuo, qué es lo que hay que hacer en cada momento del desarrollo histórico de su actividad profesional en el contexto de la realidad social, ante cada dilema o conflicto u obligación como compromisos sociales contraídos (deberes), que son las formas fundamentales en que la moral presenta las contradicciones, retos o desafíos de la época a dichos profesionales, según la naturaleza de su función y encargo social.


Hoy, ante los problemas que afectan al mundo a la entrada del tercer milenio, se evidencian las dos tendencias principales de la educación y en particular de la enseñanza superior ante el cumplimiento de su pertinencia social, que es esencialmente la formación de profesionales útiles a la sociedad, estas tendencias son la tecnocrática y la humanista. La primera se mueve en una concepción economicista de la educación, sin tener en cuenta al ser humano sus intereses y auténticas necesidades. La segunda aboga por un desarrollo sostenible de la economía y el ser humano en armonía con la naturaleza, haciendo compatible el desarrollo científico tecnológico con el medio ambiente así como los intereses y derechod humanos.
Sobre esto autores como el pedagogo Carlos Alvarez de Zayas, el filósofo Jorge Núñez Jover y el nicaraguense Carlos Thunnerman, aportan criterios coincidentes al identificar estas tendencias de la Enseñanza Superior y la Educación en general en los umbrales del S. XXI, estas ideas se recogen en el siguiente esquema.

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