Pregunta: ¿Podríais ejemplificar todo ese aspecto de las relaciones entre la medicación homeopática y el estado mental y psíquico de los enfermos?
Ramatís: Dice la ley homeopática que "los semejantes curan a los semejantes"; por lo tanto, las sustancias tóxicas que producen estados mórbidos en "dosis masivas", después de dinamizar-las inteligentemente y aplicadas en "dosis infinitesimales", pueden curar casos cuyos síntomas mentales se asemejan. La ipecacuana, por ejemplo, administrada en dosis maciza, provoca vómitos y hemorragias de sangre rojo vivo y acceso de asma; después de dinamizada en dosis infinitesimales, cura los síntomas y enfermedades semejantes a las que produce. En el primer caso se suministra la ipecacuana en sustancia, "corporalmente"; en el segundo, la dosis infinitesimal es la energía del alma vital de la planta, destinada a curar los efectos semejantes.
Es de sentido común, que ciertas drogas tóxicas y algunos entorpecedoras, como el opio, la morfina, el "aurum metalicum", etc., influyen en la mente perniciosamente, dado que provocan distorsiones mentales, delirios alucinatorios, estados esquizofrénicos o melancolías en el psiquismo de la persona sana.
Pregunta: Perdonad nuestra insistencia, pero ¿podríais darnos un ejemplo específico de esa condición homeopática?
Ramatís: Nuestro mayor interés, es unificar las explicaciones que os entregamos, desde diversos ángulos, a fin de que la elucidación alcance todos los niveles mentales, puesto que nuestros temas son para todos los interesados en profundizar las causas ocultas, que promueven los hechos.
Hay un tipo de cáñamo europeo conocido por "Pango" o "Diamba", cuyo tóxico produce en el hombre sano, los más variados síntomas mentales, pues ataca el sistema nervioso, determinándole un estado de intensa exaltación, extensiva a todas sus percepciones emotivas, concepciones mentales y sensaciones, que se vuelven exageradas.
La exageración es el principal "síntoma mental", que ese cáñamo provoca en sus intoxicados. Bajo la acción tóxica del "Pango", las personas mansas, aun se vuelven más tiernas, placenteras y felices, mientras que las de fácil irritación se vuelven violentas, coléricas y rabiosas. Después se quejan de que los minutos les parecen horas y algunos pasos caminados, les parecen millas; sus ideas se agolpan y confunden en el cerebro, pudiendo llegar hasta el "delirium tremens", histeria excesiva y a la subyugación total por las ideas fijas.
Bajo la ley del "similia similibus curantur" y para casos idénticos a los citados anteriormente, la Homeopatía prescribe la dosis de Cannabis indica, que es el llamado "cáñamo europeo" o vulgarmente dicho "Pango", en dinamizaciones terapéuticas infinitesimal. Sin embargo, es conveniente comprender, que la Cannabis Indica no es el remedio homeopático indicado, para las personas atacadas por el tóxico del "Pango", pero la medicación sirve para los enfermos que presentan síntomas idénticos, a los que provocaría el cáñamo "Pango". Aquello que en sustancia o dosis macizas provoca determinados síntomas enfermizos, físicos y mentales, después los cura en la dinamización de las dosis infinitesimales.
De la misma forma, la dosis homeopática de la Ignatia Amara, cura las grandes contradicciones del espíritu y los estados súbitos de pesar a los de alegría, o viceversa, así como los temperamentos excesivamente caprichosos, las tendencias a la melancolía y al llanto sin motivo alguno, se debe a que la haba de San Ignacio, originaria de las Filipinas, produce los mismos síntomas mentales a quienes las comen inmoderadamente. El Helleborus Niger, planta medicinal de la familia de las Liláceas, cuando intoxica, provoca un estado de postración física, deja al enfermo silencioso, o habla estupideces; además, se vuelve sumamente melancólico y sin gobierno espiritual, dando la impresión que su cuerpo no obedece, mientras tanto, dinamizada en forma de dosis homeopática, cura todos esos tipos de enfermedades. Por eso, es que la Belladona y la China han curado casos de delirio o locura, aplicada en dosis homeopática, porque esas sustancias proporcionada en dosis macizas e inmoderadas, provocan tales síntomas, como ocurrió en los tratamientos epidémicos de las gripes y malarias.
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