Equilibrio de mente
Sakra era el gobernador de los dioses, pero a pesar de ello era un ser dulce, pacífico y amoroso. Mas había un demonio que osó sentarse en el trono del gobernador, lo que despertó la indignación de los dioses, que airados clamaron:
-¡Qué vergüenza, qué calamidad! Un horrible demonio ha osado sentarse en el trono de Sakra.
Y la rabia de los dioses fue a más. Pero sucedió un fenómeno curioso: cuanto más se encolerizaban, más apuesto se hacía el demonio. Tan alarmados como desconcertados, los dioses se dirigieron al gobernador y le comentaron:
-Sakra, tan horrible como era el demonio que osó sentarse en el trono, y se ha ido volviendo más y más hermoso a medida que aumentaba nuestra ira. ¿Se alimentará tan horrible ser de nuestra propia cólera?
Después de escuchar a los dioses, Sakra se presentó ante el demonio, se postró ante él rindiéndole pleitesía y diciendo por tres veces:
-Señor, he aquí a tu obediente y humilde siervo Sakra, el gobernador de los dioses.
Y en ese momento el demonio volvió a tornarse feo y decrépito y, finalmente, se desvaneció. Entonces el gobernador se sentó en su trono y, a fin de modificar la actitud colérica de la mente de los dioses, impropia de seres de orden superior, se expresó así:
-Mi mente no se abate fácilmente ni fácilmente se hace a un lado. No por mucho tiempo puedo permanecer colérico, pues la cólera no se halla en mí. Nunca digo palabras acres y jamás me jacto de mi fama. Me esfuerzo por mantenerme pacífico para evitar futuras desgracias.
Comentario
Gran lección la de Sakra. No hay mucho que añadir. Uno se forja interiormente a sí mismo. Los estados de odio, ira, cólera, afán de venganza, rencor y otros no permanecen más que como fugaces destellos en la persona evolucionada y autocontrolada, porque aunque broten, no permite que cursen, procesen y menos aún que se expresen en el exterior. Podemos completar la noble enseñanza de Sakra añadiendo algunas del Mahabharata que son instrucciones de altísimo valor para seguir la senda del autoconocimiento y la inconmovible serenidad que todo lo sana:
«El sabio debe abandonar y eliminar la ira, dejando la volición y conquistando el apego.
Por medio de una ejercitación asidua, debe desvanecer el error, la ignorancia y la ofuscación.
Mediante el contento debe vencer la avaricia y la ignorancia.
Con el auto control debe superar las expectativas.
Mediante el sentido de transitoriedad, conquistar el aferramiento; mediante el yoga, el ansia; mediante la compasión, el orgullo; mediante el contento interior, el deseo compulsivo.
Por medio del esfuerzo debe superar la pereza, y la duda mediante la seguridad, y la locuacidad con el silencio, y el miedo con el valor.
Debe ganar la sabiduría y lo que configura la paz del Yo, que se consigue con la serenidad y las acciones puras.
Abandonando el apego, la ira, la avaricia, el miedo y el sueño, debe persistir en observar la senda correcta a través de la práctica del yoga».
Dostları ilə paylaş: |